sábado, 30 de junio de 2012

Poema sin nombre.

   Hola a todos después de muchísimo tiempo sin actualizar. Pero, en fin, aquí estoy otra vez. La verdad es que no subí nada nuevo en todos estos días porque hace tiempo que no me siento sin más a escribir y, cuando lo hago, no consigo nada que realmente me satisfaga.
   Finalmente he decidido actualizar con un poema que lleva una temporada cogiendo polvo en mi ordenador, supongo que porque no es una pieza de la que me siento especialmente orgulloso. Sin embargo es un reflejo de lo que me apetecía escribir en el momento en que la creé, y por tanto (y también teniendo en cuenta, como siempre, la opinión de Adrián, mi mejor crítico) no voy a despreciar sus líneas.
   El cuadro incluido en esta entrada es de Edgar Degas, y se llama Bebedores de absenta (L'absinthe es su título original). Espero que lo disfrutéis :)




Bajo la frialdad de mis pies desnudos
Mis baños a solas
Mi cama vacía
Mis versos sin forma
Ahí estás tú.

Sobre los tejados de todas las casas
La luna en la noche
Las estrellas perdidas
El asiento de un coche
Ahí estás tú.

Entre las ramas de un árbol mojado
Las hojas marrones
El calor de los focos
Los oscuros telones
Ahí estás tú.

Dentro de mi cráneo que martillea
Del calor de la ducha
De mi estúpida memoria
Y en constante lucha
Ahí sigues, como siempre, tú.


"El hombre no muere, se mata" (Séneca)

Sebastián Blanco Portals

sábado, 16 de junio de 2012

Como te imaxinas na USC?

   ¡Hola a todos de nuevo! Os comunico a todos los dos hechos más relevantes de mi vida en estos últimos días. En primer lugar, ayer salieron las calificaciones de selectividad de Galicia y mi nota supera con creces mis expectativas, con lo que estoy más que contento y deseoso de empezar con fuerza el que promete ser uno de los mejores veranos de mi vida.
   En segundo lugar, esta mañana aparecí en el periódico El Correo Gallego. Esto se debe a que obtuve el segundo premio en el concurso de relatos cortos "Como te imaxinas na USC?" (aclaración: la USC es la Universidad de Santiago de Compostela). A pesar de que creo que no es, ni de lejos, uno de mis mejores trabajos, estoy muy contento con el reconocimiento, y felicito a Ana Fandiño, la compañera que ha conseguido el primer premio. Aquí os dejo un enlace con la noticia virtual ya que, aunque en el propio periódico luce mucho más, no puedo ofreceros otra cosa: http://www.elcorreogallego.es/santiago/ecg/dos-alumnos-rosalia-ganan-concurso-imaginas-usc/idEdicion-2012-06-16/idNoticia-751604/.
   Debido a esto, actualizo hoy con un fragmente de ese relato con el que he conseguido el segundo premio. ¡Espero que os guste! Incluyo como siempre la traducción después del cuadro, que en esta ocasión, aunque no está relacionado con el texto, es El caminando sobre el mar de nubes, de Caspar Friedrich, por petición de un seguidor de twitter, @Rider_Fox. Disfrutadlo.



   En fin, cheguei a ese sitio que todos chaman “Facultade” (non direi ningunha concreta, non me gusta cortar as ás aos lectores, que ao fin e ao cabo son como paxaros que exploran o ceo do meu relato que, se ben non aporta nada novo, nace do meu desexo de plasmar o acontecido e liberarme. Como toda arte, supoño). Unha morea de xente colapsaba a entrada, e eu decidín agardar nunha marxe. Non tiña ganas de mareas humanas esa mañá, o soño deixárame exhausto.
   Pero o meu intento de marxinación, moi característico mecanismo de defensa do típico rapaz inseguro, non tivo un efecto demasiado satisfactorio. Non tanto como me gustaría. Unha rapaza moi branquiña, tanto que se lle vían as venas a través da pel, que parecía tan fácil de quebrar, achegouse a min. Puiden comprobar, cando por fin a tiven cara a cara, que tiña unhas faccións sorprendentemente doces e fráxiles. É desas persoas que aínda hoxe a vexo e me deixa abraiado, desas que che dan ganas de collela entre as mans con moito coidado para non rompela e protexela de toda posible agresión externa. “Que fazula tan perfecta tes”, pensei en alto. Si, en alto. A moza escachou a rir, non era para menos! Por sorte, caínlle simpático parece ser, así que conseguín o que inconscientemente quería: integrarme sen que iso supuxera ningún tipo de esforzo emocional. Un non pode loitar contra o que é.


Traducción al castellano:

   En fin, llegué a ese sitio que todos llaman “Facultad” (no diré ninguna concreta, no me gusta cortar las alas a los lectores, que al fin y al cabo son como pájaros que exploran el cielo de mi relato que, si bien no aporta nada nuevo, nace de mi deseo de plasmar lo sucedido y liberarme. Como toda arte, supongo). Un tumulto de gente colapsaba la entrada, y yo decidí esperar al margen. No tenía ganas de mareas humanas esa mañana, el sueño me había dejado exhausto.
   Pero mi intento de marginación, muy característico mecanismo de defensa del típico chico inseguro, no tuvo un efecto demasiado satisfactorio. No tanto como me gustaría. Una muchacha muy blanquita, tanto que se le veían las venas a través de la piel, que parecía tan fácil de quebrar, se acercó a mí. Pude comprobar, cuando por fin la tuve cara a cara, que tenía unas facciones soprendentemente dulces y frágiles. Es de esas personas que aún hoy la veo y me deja anonadado, de esas que te dan ganas de cogerla entre las manos con mucho cuidado para no romperla y protegerla de toda posible agresión externa. “Que cara tan perfecta tienes”, pensé en alto. Sí, en alto. La chica rompió a reír, ¡no era para menos! Por suerte, le caí simpático parece ser, así que conseguí lo que inconscientemente quería: integrarme sin que eso supusiera ningún tipo de esfuerzo emocional. Uno no puede luchar contra lo que es.

"La soledad engendra lo original, lo atrevido, 
y lo extraordinariamente bello, la poesía. 
Pero engendra también lo desagradable, 
lo inoportuno, absurdo e inadecuado".
 (Thomas Mann)

Sebastián Blanco Portals

lunes, 11 de junio de 2012

La muerte de un árbol.

   Hola a todos de nuevo :) Después de este breve parón debido a la selectividad (¡ya superada!) vuelvo con un fragmento del relato que me hizo ganar el certamen literario en lengua castellana de mi instituto. Sé que prometí colgar el archivo completo, pero la verdad es que no sé como hacerlo así que si encuentro a alguien que me lo explique lo haré. No traigo nada nuevo porque considero que nada de lo que he escrito estos días merece demasiado la pena, pero intentaré ir recuperando poco a poco ahora que por fin estoy de vacaciones.
   Aprovecho para deciros que ya existe un twitter del blog en conjunto con Laura Villar y los demás, así que animaos a seguirlo: @malditos90. Además, esta semana soy justamente yo el encargado de mantenerlo, y en él intentaré ir contando alguna cosilla de la actualidad literaria, publicar citas que me gusten especialmente... Estoy seguro de que os gustará.
   El cuadro incluido en esta ocasión es el tríptico El jardín de las delicias, de El Bosco. Lamento que no se pueda ver con más detalle porque es verdaderamente alucinante.
   Disfrutad de la lectura :)




   La música a todo volumen se retorció entre las paredes de mis oídos hasta atravesar mis tímpanos. Me ensordeció mientras trataba de avanzar entre el tumulto delirante, con la fiebre propia de aquellos que salen de casa en busca de nuevas emociones y se encuentran de pronto balanceando sus cuerpos entre la multitud asfixiante y lujuriosa. Me encontraba sin saber bien cómo en la morada del pecado, y el mismo Luzbel me esperaba con la espalda apoyada en la pared del fondo y una sonrisa maquiavélica dibujada en la cara. El engaño y la maldad se podían apreciar a leguas de distancia. Lo apreciaban todos menos yo, que tenía los ojos llenos del barro de la presión mediática.
   Me acerqué a él, tembloroso, y le pregunté si tenía la droga, a lo que respondió con un gesto que me invitaba a entrar al baño. Lo seguí hasta el interior de uno de los retretes, donde se metió la mano en el bolsillo y sacó una bolsa de plástico con un par de pastillas.
   −Extiende la mano –me dijo, para después dejar caer las minúsculas cápsulas profetas de mi numen sobre ella−. Con esto vas a volar.
   Me quedé unos segundos quieto, mirando a aquel extraño personaje que parecía haber entrado sin más en mi vida para ofrecer respuestas a mis dudas, y me contestó con una pupila lasciva y maliciosa. Fue en ese momento cuando cerré el puño y salí del cubículo en el que apenas corría el aire. Me situé frente a uno de los lavabos, mirando mi cara de culpa reflejada en el espejo, y a mis espaldas de nuevo la presencia turbadora del joven. Aproximé mi mano a la boca y tomé las dos pastillas, bebiendo del grifo para poder tragarlas, y Luzbel me acarició mientras tanto el pelo, como quien se enorgullece de su labor. Me giré lentamente hasta tenerlo de frente, muy cerca, y tomé su mano, dejando en ella el dinero que le debía para salir después por la puerta del servicio.


"Habrá que ser entonces muy inteligente 
para no olvidar que se es un prisionero"
(Antonio Buero Vallejo)


Sebastián Blanco Portals

sábado, 2 de junio de 2012

L'amour physique.


   Bienvenidos a mi blog un día más :) Antes de nada, quiero comunicaros que he recibido otro premio en el certamen literario del instituto, de nuevo en narrativa, pero esta vez en lengua castellana, con un relato titulado La muerte de un árbol. No se trata en esta ocasión de una combinación de algo que ya hayáis leído sino de una creación totalmente nueva, aunque la idea ya rondaba mi cabeza desde el verano de 2011. Prometo que intentaré también subirlo como archivo en línea.
   Volviendo a la entrada de hoy, actualizo con una de mis creaciones favoritas en poesía hasta ahora, si no mi favorita. Esta es la que, junto con Palabras para Ofelia, leí en el recital de poesía del mes pasado, y como ya hice en su momento, se la dedico de nuevo a Laura Villar, que escribe en Poesía del vacío y que me ha dado la oportunidad de participar con los chicos de De los 90 al extrarradio, y a Adrián Millán, que participa en el blog Brise le Cliché, para el que me hizo un par de fotos y que siempre lee todo lo que escribo antes de publicarlo. ¡Gracias a los dos! 
   De nuevo recurro a la figura del Eros como concepto del amor y la belleza, y desde el mismo título he tratado de darle matices personales. Una canción del grupo techno-pop francés Vive la fête se llama L'amour physique, y es precisamente la que imagino que suena en un momento del relato con el que gané el premio, La muerte de un árbol, en el que el protagonista se encuentra en un pub, y da título a este poema.
   La imagen incluida en esta ocasión es la pintura Romeo and Juliet, de Frank Diksee. Espero que lo disfrutéis.


Fue la noche más corta del verano, una vida.
Apareciste de repente y me clavaste la mirada y la intención:
que nos separe el sol por la mañana.

Apenas unos minutos bastaron, segundos quizás,
y me tuviste colgado de tus ideas y suspiros,
atrapado en la sensualidad de tu mente.

Me dijiste: llévame a un lugar que no conozca,
y te agarré del brazo y te atraje a mi cuerpo
y te arrastré a mis pensamientos.

El placer intelectual se convirtió en amor físico.
Las cortinas eran burdeos y tus manos exquisitas.
Nos fundimos en uno a la luz de la luna.

Un fugaz beso, una mirada, un susurro al oído.
Caí a tus pies.
Un roce y el tacto de tus dedos en mi torso, un suave rizo.
Me rendí al deseo.
Tras la noche llegó el blanco y seguíamos abrazados y el burdeos se reflejó en tus ojos.

Me miraste de nuevo: un tono de despedida. Profundo para mí, cotidiano para ti.
Me besaste el cuello y las entrañas, Eros, me quedé prendido de tu fragancia.
Maldito y maravilloso idilio de una noche de verano.

"huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño"
(Lope de Vega)

Sebastián Blanco Portals