lunes, 9 de julio de 2012

Un tren al pasado.


   Salut! Aquí estoy de nuevo, esta vez con un relato que versa sobre lo complejo del descubrimiento de nuestro propio interior. Sin duda, es una de las cosas más personales que he escrito así que espero que os guste. La verdad es que ahora que empieza el verano, y teniendo en cuenta que aquí en Galicia el tiempo no da muchas ganas de playa, intentaré dedicar más horas a escribir cosas nuevas, así que iré trayendo material más a menudo. 
  También aprovecho para comunicaros que el día 18 de este mes me voy de interrail, pero el blog no quedará desatendido, ya que mi amigo Adrián se encargará de actualizar con relativa frecuencia. Además, espero traer más textos y sobre todo muchas experiencias que contar.
   El cuadro que incluyo en esta ocasión es La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí. Disfrutadlo :)


   Todavía intento explicarme qué es lo que pasaba por mi cabeza cuando me quedé paralizado en aquel frío asiento, sin hacer ningún tipo de ademán de alzarme sobre mis pies, evitando pestañear incluso, imitando sin quererlo una estatua. Cualquier intento de comparación por parte de quien asistió al inerte espectáculo llegó a su fin en una misma afirmación: “parece el Valle-Inclán de la alameda”. Hubiera preferido que me equiparasen al David de Miguel Ángel, pero cavilaciones más existenciales ocupan mis pensamientos ahora: sigo sin comprenderlo.
   Hace días que camino sin rumbo por las calles de Santiago, completamente solo. De hecho, aborrezco tanto la compañía que procuro merodearme por aquellos lugares en los que apenas hay gente. En estos largos paseos, pienso. Me dedico sin más a la introspección, y creo que por fin empiezo a conocerme. Cada día descubro un sentimiento nuevo, un color que me estimula, un recuerdo que me entristece y una película que deseo volver a ver. Y así, poco a poco, comienzo a preocuparme por mí mismo y me hago menos dependiente de todo. 
   He vuelto a dibujar. No lo hacía desde el verano pasado, y la verdad es que he perdido facultades. Pero me entretiene, me relaja. Realmente lo disfruto y me descubro a mí mismo a través del papel. Ese soy yo, mi cerebro. En esas cuatro líneas está plasmado todo lo que pasa por mi cabeza en estos momentos. También he vuelto a escuchar a Florence and the machine y he descubierto un par de grupos nuevos que me hacen feliz. Me tumbo en la hierba sin importarme cuantos perros hayan orinado bajo mi espalda durante décadas y ensordezco poco a poco gracias a los auriculares a través de los cuales sale la música, quizás demasiado alta. Y así paso los días, pensando en mí, pero nunca en lo que quiero de mi vida. Simplemente en mi ahora, en mi realidad actual, en mi felicidad.
   Hoy todos han ido a la playa. Yo les he dicho que me cogería un tren más tarde, después de comer, y así era. Dormiríamos juntos por primera vez después de mucho tiempo y volveríamos a la mañana siguiente. Era la oportunidad perfecta para volver a lo de siempre, retomar la amistad, la confianza, quizás algo más incluso. Volver a sentirnos bien, “recordar viejos tiempos” como se suele decir, por tempestuosos y difíciles que hayan sido esos tiempos que ya solo conservamos en el recuerdo, más nítido de lo que en ocasiones desearía. He ido a la estación de tren, mochila a la espalda, y he comprado mi billete, para sentarme posteriormente en uno de los bancos exteriores, esperando al vehículo. “Volvemos al pasado” pienso, “a cuando éramos uno”. Y llega el tren y yo no me muevo. Permanezco impasible en mi asiento, durante un par de largos minutos tras los que el tren desaparece otra vez, dejándome atrás. 

"Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es".
(Frédéric Chopin)

Sebastián Blanco Portals



sábado, 30 de junio de 2012

Poema sin nombre.

   Hola a todos después de muchísimo tiempo sin actualizar. Pero, en fin, aquí estoy otra vez. La verdad es que no subí nada nuevo en todos estos días porque hace tiempo que no me siento sin más a escribir y, cuando lo hago, no consigo nada que realmente me satisfaga.
   Finalmente he decidido actualizar con un poema que lleva una temporada cogiendo polvo en mi ordenador, supongo que porque no es una pieza de la que me siento especialmente orgulloso. Sin embargo es un reflejo de lo que me apetecía escribir en el momento en que la creé, y por tanto (y también teniendo en cuenta, como siempre, la opinión de Adrián, mi mejor crítico) no voy a despreciar sus líneas.
   El cuadro incluido en esta entrada es de Edgar Degas, y se llama Bebedores de absenta (L'absinthe es su título original). Espero que lo disfrutéis :)




Bajo la frialdad de mis pies desnudos
Mis baños a solas
Mi cama vacía
Mis versos sin forma
Ahí estás tú.

Sobre los tejados de todas las casas
La luna en la noche
Las estrellas perdidas
El asiento de un coche
Ahí estás tú.

Entre las ramas de un árbol mojado
Las hojas marrones
El calor de los focos
Los oscuros telones
Ahí estás tú.

Dentro de mi cráneo que martillea
Del calor de la ducha
De mi estúpida memoria
Y en constante lucha
Ahí sigues, como siempre, tú.


"El hombre no muere, se mata" (Séneca)

Sebastián Blanco Portals

sábado, 16 de junio de 2012

Como te imaxinas na USC?

   ¡Hola a todos de nuevo! Os comunico a todos los dos hechos más relevantes de mi vida en estos últimos días. En primer lugar, ayer salieron las calificaciones de selectividad de Galicia y mi nota supera con creces mis expectativas, con lo que estoy más que contento y deseoso de empezar con fuerza el que promete ser uno de los mejores veranos de mi vida.
   En segundo lugar, esta mañana aparecí en el periódico El Correo Gallego. Esto se debe a que obtuve el segundo premio en el concurso de relatos cortos "Como te imaxinas na USC?" (aclaración: la USC es la Universidad de Santiago de Compostela). A pesar de que creo que no es, ni de lejos, uno de mis mejores trabajos, estoy muy contento con el reconocimiento, y felicito a Ana Fandiño, la compañera que ha conseguido el primer premio. Aquí os dejo un enlace con la noticia virtual ya que, aunque en el propio periódico luce mucho más, no puedo ofreceros otra cosa: http://www.elcorreogallego.es/santiago/ecg/dos-alumnos-rosalia-ganan-concurso-imaginas-usc/idEdicion-2012-06-16/idNoticia-751604/.
   Debido a esto, actualizo hoy con un fragmente de ese relato con el que he conseguido el segundo premio. ¡Espero que os guste! Incluyo como siempre la traducción después del cuadro, que en esta ocasión, aunque no está relacionado con el texto, es El caminando sobre el mar de nubes, de Caspar Friedrich, por petición de un seguidor de twitter, @Rider_Fox. Disfrutadlo.



   En fin, cheguei a ese sitio que todos chaman “Facultade” (non direi ningunha concreta, non me gusta cortar as ás aos lectores, que ao fin e ao cabo son como paxaros que exploran o ceo do meu relato que, se ben non aporta nada novo, nace do meu desexo de plasmar o acontecido e liberarme. Como toda arte, supoño). Unha morea de xente colapsaba a entrada, e eu decidín agardar nunha marxe. Non tiña ganas de mareas humanas esa mañá, o soño deixárame exhausto.
   Pero o meu intento de marxinación, moi característico mecanismo de defensa do típico rapaz inseguro, non tivo un efecto demasiado satisfactorio. Non tanto como me gustaría. Unha rapaza moi branquiña, tanto que se lle vían as venas a través da pel, que parecía tan fácil de quebrar, achegouse a min. Puiden comprobar, cando por fin a tiven cara a cara, que tiña unhas faccións sorprendentemente doces e fráxiles. É desas persoas que aínda hoxe a vexo e me deixa abraiado, desas que che dan ganas de collela entre as mans con moito coidado para non rompela e protexela de toda posible agresión externa. “Que fazula tan perfecta tes”, pensei en alto. Si, en alto. A moza escachou a rir, non era para menos! Por sorte, caínlle simpático parece ser, así que conseguín o que inconscientemente quería: integrarme sen que iso supuxera ningún tipo de esforzo emocional. Un non pode loitar contra o que é.


Traducción al castellano:

   En fin, llegué a ese sitio que todos llaman “Facultad” (no diré ninguna concreta, no me gusta cortar las alas a los lectores, que al fin y al cabo son como pájaros que exploran el cielo de mi relato que, si bien no aporta nada nuevo, nace de mi deseo de plasmar lo sucedido y liberarme. Como toda arte, supongo). Un tumulto de gente colapsaba la entrada, y yo decidí esperar al margen. No tenía ganas de mareas humanas esa mañana, el sueño me había dejado exhausto.
   Pero mi intento de marginación, muy característico mecanismo de defensa del típico chico inseguro, no tuvo un efecto demasiado satisfactorio. No tanto como me gustaría. Una muchacha muy blanquita, tanto que se le veían las venas a través de la piel, que parecía tan fácil de quebrar, se acercó a mí. Pude comprobar, cuando por fin la tuve cara a cara, que tenía unas facciones soprendentemente dulces y frágiles. Es de esas personas que aún hoy la veo y me deja anonadado, de esas que te dan ganas de cogerla entre las manos con mucho cuidado para no romperla y protegerla de toda posible agresión externa. “Que cara tan perfecta tienes”, pensé en alto. Sí, en alto. La chica rompió a reír, ¡no era para menos! Por suerte, le caí simpático parece ser, así que conseguí lo que inconscientemente quería: integrarme sin que eso supusiera ningún tipo de esfuerzo emocional. Uno no puede luchar contra lo que es.

"La soledad engendra lo original, lo atrevido, 
y lo extraordinariamente bello, la poesía. 
Pero engendra también lo desagradable, 
lo inoportuno, absurdo e inadecuado".
 (Thomas Mann)

Sebastián Blanco Portals

lunes, 11 de junio de 2012

La muerte de un árbol.

   Hola a todos de nuevo :) Después de este breve parón debido a la selectividad (¡ya superada!) vuelvo con un fragmento del relato que me hizo ganar el certamen literario en lengua castellana de mi instituto. Sé que prometí colgar el archivo completo, pero la verdad es que no sé como hacerlo así que si encuentro a alguien que me lo explique lo haré. No traigo nada nuevo porque considero que nada de lo que he escrito estos días merece demasiado la pena, pero intentaré ir recuperando poco a poco ahora que por fin estoy de vacaciones.
   Aprovecho para deciros que ya existe un twitter del blog en conjunto con Laura Villar y los demás, así que animaos a seguirlo: @malditos90. Además, esta semana soy justamente yo el encargado de mantenerlo, y en él intentaré ir contando alguna cosilla de la actualidad literaria, publicar citas que me gusten especialmente... Estoy seguro de que os gustará.
   El cuadro incluido en esta ocasión es el tríptico El jardín de las delicias, de El Bosco. Lamento que no se pueda ver con más detalle porque es verdaderamente alucinante.
   Disfrutad de la lectura :)




   La música a todo volumen se retorció entre las paredes de mis oídos hasta atravesar mis tímpanos. Me ensordeció mientras trataba de avanzar entre el tumulto delirante, con la fiebre propia de aquellos que salen de casa en busca de nuevas emociones y se encuentran de pronto balanceando sus cuerpos entre la multitud asfixiante y lujuriosa. Me encontraba sin saber bien cómo en la morada del pecado, y el mismo Luzbel me esperaba con la espalda apoyada en la pared del fondo y una sonrisa maquiavélica dibujada en la cara. El engaño y la maldad se podían apreciar a leguas de distancia. Lo apreciaban todos menos yo, que tenía los ojos llenos del barro de la presión mediática.
   Me acerqué a él, tembloroso, y le pregunté si tenía la droga, a lo que respondió con un gesto que me invitaba a entrar al baño. Lo seguí hasta el interior de uno de los retretes, donde se metió la mano en el bolsillo y sacó una bolsa de plástico con un par de pastillas.
   −Extiende la mano –me dijo, para después dejar caer las minúsculas cápsulas profetas de mi numen sobre ella−. Con esto vas a volar.
   Me quedé unos segundos quieto, mirando a aquel extraño personaje que parecía haber entrado sin más en mi vida para ofrecer respuestas a mis dudas, y me contestó con una pupila lasciva y maliciosa. Fue en ese momento cuando cerré el puño y salí del cubículo en el que apenas corría el aire. Me situé frente a uno de los lavabos, mirando mi cara de culpa reflejada en el espejo, y a mis espaldas de nuevo la presencia turbadora del joven. Aproximé mi mano a la boca y tomé las dos pastillas, bebiendo del grifo para poder tragarlas, y Luzbel me acarició mientras tanto el pelo, como quien se enorgullece de su labor. Me giré lentamente hasta tenerlo de frente, muy cerca, y tomé su mano, dejando en ella el dinero que le debía para salir después por la puerta del servicio.


"Habrá que ser entonces muy inteligente 
para no olvidar que se es un prisionero"
(Antonio Buero Vallejo)


Sebastián Blanco Portals

sábado, 2 de junio de 2012

L'amour physique.


   Bienvenidos a mi blog un día más :) Antes de nada, quiero comunicaros que he recibido otro premio en el certamen literario del instituto, de nuevo en narrativa, pero esta vez en lengua castellana, con un relato titulado La muerte de un árbol. No se trata en esta ocasión de una combinación de algo que ya hayáis leído sino de una creación totalmente nueva, aunque la idea ya rondaba mi cabeza desde el verano de 2011. Prometo que intentaré también subirlo como archivo en línea.
   Volviendo a la entrada de hoy, actualizo con una de mis creaciones favoritas en poesía hasta ahora, si no mi favorita. Esta es la que, junto con Palabras para Ofelia, leí en el recital de poesía del mes pasado, y como ya hice en su momento, se la dedico de nuevo a Laura Villar, que escribe en Poesía del vacío y que me ha dado la oportunidad de participar con los chicos de De los 90 al extrarradio, y a Adrián Millán, que participa en el blog Brise le Cliché, para el que me hizo un par de fotos y que siempre lee todo lo que escribo antes de publicarlo. ¡Gracias a los dos! 
   De nuevo recurro a la figura del Eros como concepto del amor y la belleza, y desde el mismo título he tratado de darle matices personales. Una canción del grupo techno-pop francés Vive la fête se llama L'amour physique, y es precisamente la que imagino que suena en un momento del relato con el que gané el premio, La muerte de un árbol, en el que el protagonista se encuentra en un pub, y da título a este poema.
   La imagen incluida en esta ocasión es la pintura Romeo and Juliet, de Frank Diksee. Espero que lo disfrutéis.


Fue la noche más corta del verano, una vida.
Apareciste de repente y me clavaste la mirada y la intención:
que nos separe el sol por la mañana.

Apenas unos minutos bastaron, segundos quizás,
y me tuviste colgado de tus ideas y suspiros,
atrapado en la sensualidad de tu mente.

Me dijiste: llévame a un lugar que no conozca,
y te agarré del brazo y te atraje a mi cuerpo
y te arrastré a mis pensamientos.

El placer intelectual se convirtió en amor físico.
Las cortinas eran burdeos y tus manos exquisitas.
Nos fundimos en uno a la luz de la luna.

Un fugaz beso, una mirada, un susurro al oído.
Caí a tus pies.
Un roce y el tacto de tus dedos en mi torso, un suave rizo.
Me rendí al deseo.
Tras la noche llegó el blanco y seguíamos abrazados y el burdeos se reflejó en tus ojos.

Me miraste de nuevo: un tono de despedida. Profundo para mí, cotidiano para ti.
Me besaste el cuello y las entrañas, Eros, me quedé prendido de tu fragancia.
Maldito y maravilloso idilio de una noche de verano.

"huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño"
(Lope de Vega)

Sebastián Blanco Portals


lunes, 28 de mayo de 2012

La vida y la muerte. Nada.

   ¡Hola a todos! Antes de nada quiero disculparme por no haber actualizado este viernes, entre la fiesta pos-bachillerato y el agobio pre-selectividad estuve algo liado, pero prometo que intentaré seguir publicando algo nuevo todos los lunes y viernes.
   En segundo lugar, comentaros que estoy contentísimo porque me han dado el primer premio de narrativa en gallego en mi instituto, al cual presenté un texto que combinaba los relatos de La constante y El experimento, ambos traducidos al gallego. Como es algo largo, no puedo publicarlo aquí, pero intentaré colgarlo como un archivo en red para que podáis leerlo.
   Por último, deseadme suerte con la selectividad, que ya queda poco y me he presentado a Literatura Universal sin haberla cursado en bachillerato. Eso sí, al menos estudiar a Shakespeare y a Mary Shelley me da bastante placer intelectual. Os recomiendo una mañana al sol en la alameda de Santiago de Compostela leyendo sobre la autora de Frankenstein, es bastante agradable.
   La pintura que incluyo es La noche estrellada, de Van Gogh. Sin duda uno de mis cuadros favoritos. Disfrutad de la lectura ;)



Sin nada que hacer, que sentir, que pensar, que soñar, que mirar, que querer, que reír.
Sin nada que decir, que escribir, que gritar, que cantar, que dibujar.
Sin nada que bailar.
Nada.
La vida no siempre es el final de Los Otros o el sueño de Von Aschenbach.
La vida no siempre es el estribillo de Creep o un cuadro de Van Gogh.
La vida no siempre es la vida de Christopher Isherwood.
La vida no siempre es una noche estrellada.
La vida no siempre eres tú, ni soy yo, ni mucho menos nosotros.
La vida es poesía en las manos de un ciego, es Max Estrella y su cuerpo muerto de bohemia y frío en la
noche madrileña.
La vida es gritar y no producir ningún sonido. La vida es querer y recibir un disparo. La vida es una hoguera      de libros, un disco rayado y una jauría de perros sumisos.
La vida es un reloj de bolsillo que te recuerda que queda menos y menos y menos y menos.
La vida es la telonera de la muerte.
La muerte es un puñado de naranjas en la pantalla.
La muerte es espectáculo en una plaza de toros.


"La vida es una historia 
contada por un necio, llena de ruido y furia,
que nada significa".
(William Shakespeare)


Sebastián Blanco Portals

lunes, 21 de mayo de 2012

A orillas del río se piensa mejor.


   Traigo hoy un poema con un aire bastante diferente a lo que he escrito hasta ahora. Quizás lo más prosaico y reivindicativo que se me pueda atribuir, no estoy muy seguro. Algunos de los temas tratados en el son más que sonados actualmente. Con otros como las alusiones a la venta de El grito, las bailarinas o el ya comentado suicidio de Virginia Woolf, he querido dar un toque más personal al poema.
   La pintura incluida, como no, es la obra maestra del Expresionismo El grito, de Edvard Munch. Me habría gustado utilizar alguno de los cuadros de bailarinas de Degas, pero creo que el de Munch era ineludible en esta ocasión. Prometo traer uno de los de ballet en las próximas actualizaciones.
   Disfrutad de la lectura :)


A orillas del río se piensa mejor.
O al menos, más.
Analizando el mundo olí el aliento de la muerte
La hipocresía y la decadencia.
¡Qué hipócrita soy yo, que aquí sigo entre papeles inocuos!
Tampoco llamaría depresión a este sentimiento que me embriaga
Sino nostalgia
Frustración
Impotencia
Vacío.
Es una bailarina con todas las uñas rotas
Que sigue bailando.
Es un dolor que disimulas hasta que no puedes más
Y rompes a llorar.
Es la cultura ninguneada.
Es el nazismo en el poder.
Es la generación mejor preparada comiendo estiércol.
Es El grito de Munch vendido a un multimillonario de mierda.
Pienso en el tiempo perdido
Y el tiempo que queda por aguantar
Y se me clavan las agujas del reloj en las vértebras.
Podría coger un puñado de piedras
Y llenar mis bolsillos
Y lanzarme a la corriente como hizo Virginia Woolf.
Pero yo no estoy loco
Ni soy tan cobarde
Ni soy tan valiente.


"La muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro"
(Federico García Lorca)


Sebastián Blanco Portals


martes, 15 de mayo de 2012

La duda.

   Hola de nuevo a todos. Os traigo hoy un poema bastante personal, con el que creo que muchas personas pueden sentirse identificadas. ¿Pues quién no ha pensado alguna vez algo que después no ha hecho, y se ha arrepentido de la inactuación? ¿O simplemente de la falta de velocidad de reacción? Supongo que a todos nos fastidia no aprovechar oportunidades que vemos con total claridad una vez pasado el momento decidido. 
   Por todo esto, carpe diem.
   El cuadro incluido en esta ocasión es Miranda, del ya reiterado en el blog John William Waterhouse.  Espero que lo disfrutéis :)

Yo
Que tengo entre mis dedos la posibilidad de tocarte
Me enredo entre suspiros y pasos atrás
Me ahogo en mi indecisión
Me pierdo en el tic-tac y no hago nada.
No son complejos ni es miedo
Simplemente la duda del quizás
Y el qué dirán
Y el qué dirás tú también.
Un sinfín de búhos revolotean en mi cráneo
Y chocan contra las paredes:
Caóticas ideas de las mil cosas que haría contigo.
Entonces me decido y me giro
Y ya es tarde, te has ido.


Nuestras dudas son traidores 
que muchas veces nos hacen perder el bien 
que podríamos ganar si no temiéramos buscarlo.
(William Shakespeare)

Sebastián Blanco Portals

lunes, 7 de mayo de 2012

Palabras para Ofelia.


   Como os había prometido, actualizo hoy con uno de los poemas que leí en el recital del Soul & Sombra con los chicos de De los 90 al extrarradio. Estos versos tienen pretensión de reivindicar la individualidad que tan difícil de encontrar parece en un mundo que se ahoga entre modas y globalización. 
   La pintura de hoy es El nacimiento del hombre nuevo, de Dalí. Espero que lo disfrutéis :)


Las mismas caras siempre
Demacradas
Que me miran reprochándome su monotonía.
La misma expresión hiriente
Cínica.               
Este repugnante estatismo degrada mi alrededor.
Nada cambia, continúan reprimiendo mis impulsos.
Temen el peligro.
Temen la diferencia.
Temen la libertad.
Escribo para evadirme de esta vida que me oprime
Que me ata
Que me encadena y me condiciona.
Escribo para todos y para nadie.
Para mí.
Palabras vacías, palabras para Ofelia que las toma con sus delicadas manos y se las lleva con ella a morir a las aguas pútridas, y con ellas muere también mi ataque a este maldito mundo.
Y nadie quiere darse cuenta.
No os dais cuenta de que estas palabras ya no son mías, son de todos.
Detrás del vacío hay algo.
Las ignoramos, les escupimos, las dejamos morir.
¡Levantaos de una vez y gritad por vuestro derecho a ser personas!
Deposito mi esperanza en el cambio.
Creo ciegamente- o quizás no tanto- en que lo lograremos.
Pero, mientras tanto, escribo para mí: palabras vacías, palabras para Ofelia.


"Si una bala atraviesa mi cerebro, 
dejen que esa bala destruya las puertas de todos los armarios" 
(Harvey Milk)


Sebastián Blanco Portals

viernes, 4 de mayo de 2012

Nada paga a pena.

Caótico cerebro, disculpad el sinsentido. De nuevo la traducción al castellano va después de la imagen, que en esta ocasión es un cuadro de Bruegel: El triunfo de La Muerte.
Como comenté el lunes pasado, este miércoles fue el recital en el bar Soul & Sombra, y he de decir que ha resultado un éxito :) Los dos poemas que leí están todavía archivados sin subir al blog, pero prometo que pronto actualizaré con ellos. Espero que después de los buenos resultados podamos repetir esta experiencia en otros sitios (¡algo me ha llegado de que ya hay nuevas ofertas!). Espero que disfrutéis del poema, hoy no me siento muy católico para escribir nada más de introducción.


“Nada paga a pena” penso eu
E apareces ti para disipar todo razoamento casual.
Ti, feixe de sendas escuras e incognoscibles
Emoción
Imposibles xiros da miña mente
Misterio cuberto de flores e tenrura
Silencio colmado de vocábulos transcendentais
Arrepío que gabea polas costas
Sobredose de violíns e decibelios: Inverno de Vivaldi
Ovos que escachan contra as paredes
Pintura vertida nos ollos
Tempestade no cerebro, ondas no abdome
Coitelo afiado que racha o corazón
Miradas, sorrisos
Fazulas vermellas
Dentes que aparecen, que me sinalan
Beizos que me cravan contra a parede
Pracer impagable da túa presenza
Dor indicible da túa presenza
Contradición
“Si paga a pena, claro que paga a pena”
E me deixas tirado unha vez máis.






Traducción al castellano: 


“Nada vale la pena” pienso yo

Y apareces tú para disipar todo razonamiento casual.
Tú, eje de sendas oscuras e incognoscibles
Emoción
Imposibles giros de mi mente
Misterio cubierto de flores y ternura
Silencio colmado de vocablos trascendentales
Escalofrío que trepa por la espalda
Sobredosis de violines y decibelios: Invierno de Vivaldi
Huevos que escachan contra las paredes
Pintura vertida en los ojos
Tempestad en el cerebro, olas en el abdomen
Cuchillo afilado que raja el corazón
Miradas, sonrisas
Pómulos rojos
Dientes que aparecen y me señalan
Labios que me clavan contra la pared
Placer impagable de tu presencia
Dolor indecible de tu presencia
Contradicción
“Sí vale la pena, claro que vale la pena”
Y me dejas tirado una vez más.





La vida es como un cuento relatado por un idiota. 
Lleno de palabrería y frenesí, 
que no tiene ningún sentido. 
(Shakespeare)


Sebastián Blanco Portals

lunes, 30 de abril de 2012

La constante.


Como os prometí, hoy os informo de las novedades con http://delos90alextrarradio.blogspot.com.es/ o http://delos90alextrarradio.tumblr.com/ . Este miércoles 2 de mayo haremos un recital de poesía a las 22:00h en el bar Soul&Sombra de Santiago de Compostela. Espero que todo salga genial, porque como versa el blog del grupo, "desde el borde mismo del caos usamos la palabra para reivindicarnos, para reivindicar a la generación que no quiere perderse, que no quiere morir sin ser escuchada".  
La imagen es una fotografía de una calle de Santiago. Espero que disfrutéis la lectura :)


De todos los rincones de la calle me tuve que parar en este a mirar los ladrillos, vaya estupidez. Llevo todo el día buscando excusas para mencionarte, porque ¿de qué se supone que tienes que hablar cuando tu cabeza la ocupa por completo un único pensamiento? Esta nube gris de tormenta y recuerdos abarca tal porcentaje de mi cerebro que no he reparado siquiera en que estoy caminando por Santiago completamente sólo y no hay necesidad alguna de hablar y, por consiguiente, de mencionarte. Si acaso dibujar tu espalda en el aire de esta noche húmeda y pensar que puedo acariciarla, sin más, pero nunca hablar.
El Obradoiro incluso mejora con la lluvia, y correr por las calles de la zona vieja de noche, sin paraguas, saltando de charco en charco, es lo mejor que he hecho en los últimos meses. Son ganas de llorar y reír a la vez, no estoy muy seguro de cómo describirlo. Algo similar a un latigazo en la cara y un baño en el mar, es la velocidad, es la libertad, son las ganas de echar a volar. Me tiraría al suelo si no hubiera nadie a mi alrededor.
Por favor, solamente quiero pedirte algo. Ignórame. Pídeme que me vaya y no vuelva nunca, rómpeme la cara. No me dejes volver a entrar en tu vida, sé feliz, ódiame todo lo que puedas y más, no me hables ni me escuches ni me mires. Mátame si lo crees necesario, que esta noche estoy solo e indefenso. Acércate a esta calle y dispárame a los sesos. Pero prométeme algo. Promete no olvidar cuánto nos quisimos, que al fin y al cabo no somos más que memorias inconexas y siempre es bueno encontrar una constante.




¿Y si la muerte es la muerte
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
(Federico García Lorca)



Sebastián Blanco Portals

martes, 24 de abril de 2012

Toda humilde beleza

Bienvenidos un día más a mi pequeño rincón literario. La entrada de hoy gira en torno a una pregunta: ¿existe algo más bonito que la costa gallega? Quizás me unan a nuestro paisaje unos lazos más fuertes que las propias olas, pero sin duda creo que la sensación de estar cerca del mar, olerlo, escucharlo, sentirlo... es indescriptible. Lo he hecho lo mejor que he podido, así que espero que lo disfrutéis :D 
  
De nuevo incluyo al final la traducción al castellano, para aquellos que no entiendan el gallego.

La pintura incluida en esta ocasión es obra de un pintor gallego, Urbano Lugrís: Isla.




Toda humilde beleza conflúe no mar, coma os ríos que levan música clara e cristalina dende as montañas.

O luscofusco na praia, cos pés debaixo da fría area do atardecer e o horizonte tinguido de xema de ovo e salmón, como unha capa de cor que cae polo borde do océano para dar paso á noite.

Toda humilde beleza comeza e remata nas ondas, fillas da lúa, que me acompañan no meu soño profundo no areal.

O espertar dunha mañá estival entre dunas, escoitando o son das gaivotas que sobrevoan a miña cabeza e se deixan caer en picado no manto azul.

O frío cortante nos nocellos ao introducir pouco a pouco os pés na auga, sentindo como o sol vai deizando paso a un novo abrazo de aquel que fai que o máis primitivo instinto humano sinta a súa chamada.

A sensación de liberdade, calma absoluta, e de novo un soño profundo que non fai outra cousa que facerme nadar máis e máis rápido. E o silecio ao parar, ao deixarte a flote nun mar do que xa non hai escapatoria, do que, se caíches algunha vez nas súas redes, xa non poderás volver a separarte xamais.

Toda humilde beleza conflúe no mar, todo mar galego me namora.



Toda humilde belleza confluye en el mar, como los ríos que llevan música clara y cristalina desde las montañas.

El crepúsculo en la playa, con los pies debajo de la fría arena del atardecer y el horizonte teñido de yema de huevo y salmón, como una capa de color que cae por el borde del océano para dar paso a la noche.

Toda humilde belleza comienza y acaba en las olas del mar, hijas de la luna, que me acompañan en mi sueño profundo en el arenal.

El despertar de una mañana estival entre dunas, escuchando el son de las gaviotas que sobrevuelan mi cabeza y se dejan caer en picado en el manto azul.

Toda humilde belleza va acompañada de un viento suave y refrescante que remueve mis cabellos a la vez que el sol abraza mi piel.

El frío cortante en los tobillos al introducir poco a poco los pies en el agua, sintiendo como el sol va dejando paso a un nuevo abrazo de aquel que hace que el más primitivo instinto humano sienta su llamada.

La sensación de libertad, calma absoluta, y de nuevo un sueño profundo que no hace otra cosa que hacerme nadar más y más rápido. Y el silencio al parar, al dejarte a flote en un mar del que ya no hay escapatoria, del que, si caíste alguna vez en sus redes, no podrás volver a separarte jamás.

Toma humilde belleza confluye en el mar, todo mar gallego me enamora.


"flor mareliña que entre espiñas chora,
ou das redes da a araña un tenue fío,
toda humilde beleza me namora"
(Antonio Noriega Varela)



Sebastián Blanco Portals

sábado, 21 de abril de 2012

Idilio sobre un campo de amapolas.


¡Hola de nuevo! 
Lo sé, las actualizaciones son lunes y viernes y hoy, técnicamente (son mas de las 00:00) es ya sábado. Por diversas circunstancias no he podido actualizar este mediodía así que... ¡más vale tarde que nunca!
El poema que os dejo a continuación no es más que lo que se puede deducir del propio título. Espero que os guste mucho y que no dejéis de visitarme :)

El cuadro incluido esta vez es Campo de amapolas en un valle de Giverny, de Monet. Los colores y la técnica hablan por sí mismos. Es realmente genial.

Me gustaría mencionar de nuevo al blog Brise le Cliché , que además de haberme ayudado en la creación de Palabras para Ofelia, me realizó esta semana una sesión fotográfica con la temática de Ego, el relato de mi anterior entrada. Os recomiendo que lo visitéis, merece la pena.


¡Fue tan idílico tenerte
sobre un campo de amapolas!
Nos gastamos las gargantas entre risas y silencios.
Nos miramos como dos enamorados furtivos
que se observan por primera vez en la intimidad de la noche.
Nos quisimos más de lo que las nubes quieren a Galicia.
¡Fue tan bucólico observarte
sobre un prado de amapolas!
Nos escondimos entre las altas hierbas.
Nos recostamos en el paisaje, nos contemplaron las hormigas
mientras  cargaban con sus migajas de pan.
Me gusta observar a las hormigas, y después besarte.
Me gusta que las abejas te asusten
y que te rías de mi torpeza y mi rubor
y que me claves tus dedos y tus fantasías
y que me apartes el pelo y me acojas entre tus brazos y me digas te quiero.

Me gusta no despertar nunca de este ensueño.
Cuando me desvelo, tú ya has desaparecido.


"Noche es el día hasta que verte no consigo;
día las noches que soñando estoy contigo"
(William Shakespeare)


Sebastián Blanco Portals

lunes, 16 de abril de 2012

Ego.


   Aquí estoy una vez más con una nueva entrada. Prosa espontánea esta vez, salida sin más de mi mente y traspasada a los dedos que pulsan las teclas. Verdades relativas, pensamientos personales... puedes calificarlo del modo que quieras, pero al final todo concluye en una reflexión, quizás no demasiado original, pero sí personal y representativa de mi propia identidad. La verdad es que hacía tiempo que les tenía ganas al tema del ego y al mito de Narciso, pero no había pensado en combinarlos en un mismo relato. 
   Para qué mentir de nuevo, principalmente lo que deseaba publicar ya en este blog era el cuadro que hay a continuación, de nuevo del británico Waterhouse. Su título es Echo and Narcissus, y siento decir esto en un blog de literatura, pero no existen palabras que definan con exactitud su perfección.
   Espero haceros disfrutar con la lectura. ¡Nos vemos en la siguiente entrada!




Lo noto, ya está aquí. Es el Ego.

Trepa por mi médula espinal, ataca desde dentro, cuando menos lo espero. Se inyecta en mi cerebro, me nubla la vista y me marchita los sentidos.

No es más que un engaño, una ilusión, una vaga distorsión de la realidad. Pero está ahí, por unos instantes, días, quizás permanezca en mis entrañas durante siglos: la perfección. Soy infinitamente superior a todo cuanto me rodea. Nada puede siquiera intentar compararse a mí, pretender alcanzar tan perfecta condición. Soy lo mejor que tus malditos ojos han contemplado en toda su existencia.

¿No lo notas tú también? Me refugio en invenciones para protegerme del mundo que me oprime, que me infecta, que me aplasta. Estoy enfermo de rabia, estoy de odio hasta el cuello. Me estoy ahogando. Y, de pronto, un extremo me arrastra al contrario. Me dedico a mí mismo las cosas bellas que nadie me dice, y las termino admitiendo. No sólo las admito, las dogmatizo. Soy un fanático del autoconsuelo, un idólatra del egocentrismo. Soy Narciso.

Mi final llega, al igual que el del efebo del mito, al verme reflejado. Y no me vuelvo loco de amor, ni es día hoy de metamorfosis esporádicas, sino que observo la verdad. Mi propia imagen me abofetea la cara, me escupe a los ojos. No soy tan perfecto como creía. Pero detrás de la gran verdad, dolorosa e hiriente, hay otras verdades, y hoy las he visto por vez primera. Soy yo mismo, un ser humano, una persona más, pero única al mismo tiempo. Soy perfecto a mi manera, y nadie puede negármelo. No intentes convencerme de lo contrario porque nada de lo que digas hoy podrá lastimarme. 


"Ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo"
(Friedrich Nietzsche)


Sebastián Blanco Portals

viernes, 13 de abril de 2012

Dieciocho minutos.

Hay momentos en la vida en los que nos sentimos especialmente decaídos por cualquier razón -o sinrazón-, en los que no nos apetece nada más que quejarnos de lo mal que nos va todo, momentos en los que nos gustaría gritar, llorar, romper platos, tirar el televisor por la ventana, quemar todos los apuntes de clase y, sobre todo, que se acabe el mundo lo antes posible. Creo que el poema que he elegido para hoy expresa bastante bien esas situaciones de las que hablo. 

He de decir que esto no se corresponde con mi estado de ánimo actual. Y es que amigos, hoy he estado leyendo a Nietzsche, y si por algo merece especialmente la pena este filósofo alemán es por su llamamiento al disfrute de la vida, a pensar que soportar los males merece la pena, a que de nuestra voluntad para vivir depende nuestra felicidad.

Y no solamente estoy feliz, sino que además... ¡Hoy es viernes! :D Eso incrementa la alegría de cualquiera, por muy amplia que fuese antes, pues comienza el fin de semana en el que habrá tiempo tanto para el estudio como para la fiesta, y quizás no tanto para dormir (detalles sin importancia...).

La imagen esta vez es un cuadro de John William Waterhouse, Ophelia (1889), y especifico la fecha porque el mismo pintor tiene varios cuadros de este personaje con tanto protagonismo en el blog. Pienso que la figura femenina creada por Shakespeare, enamorada de Hamlet hasta enloquecer y morir, es idónea para simbolizar el sentimiento del poema. Espero que lo disfrutéis.




No quiero mirar pero he mirado, y ahora es tarde.
Todo lo que antes no veía me estalla en la cara, pero no voy a mirar.
Mis pies siguieron al sol durante dieciocho minutos.
Dieciocho minutos en los que me senté en la hierba y me miraste.
Nos besamos y reímos como si estuviéramos al borde de un cataclismo.
Ya he mirado.
Veintitrés minutos han pasado ya y sigo aquí con la misma cara de imbécil.
Abro los ojos y no me he movido. Me encuentro en medio de ningún lugar,
mirando la porción de prado en la que dejamos nuestra huella.
Ha oscurecido ya y mis manos están entumecidas.
Tus palabras hacen más daño que el alcohol con que las digerí esta madrugada.
Y te tengo ahí pero no puedo mirarte.
Estás ahí y no puedo tocarte y abrazarte.
En dieciocho minutos me besaste los ojos, y cinco minutos más tarde
me los arranco de rabia y frustración para asimilar de una vez que te he perdido.
Pero una vez más he mirado, y no puedo hacer nada.
Respiro tu alma y te hago mío, etéreo espíritu de deseo imposible.
Quizás mañana ya no te quiera. Hoy me muero.





"porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro"
(Mario Benedetti)

Sebastián Blanco Portals