viernes, 4 de mayo de 2012

Nada paga a pena.

Caótico cerebro, disculpad el sinsentido. De nuevo la traducción al castellano va después de la imagen, que en esta ocasión es un cuadro de Bruegel: El triunfo de La Muerte.
Como comenté el lunes pasado, este miércoles fue el recital en el bar Soul & Sombra, y he de decir que ha resultado un éxito :) Los dos poemas que leí están todavía archivados sin subir al blog, pero prometo que pronto actualizaré con ellos. Espero que después de los buenos resultados podamos repetir esta experiencia en otros sitios (¡algo me ha llegado de que ya hay nuevas ofertas!). Espero que disfrutéis del poema, hoy no me siento muy católico para escribir nada más de introducción.


“Nada paga a pena” penso eu
E apareces ti para disipar todo razoamento casual.
Ti, feixe de sendas escuras e incognoscibles
Emoción
Imposibles xiros da miña mente
Misterio cuberto de flores e tenrura
Silencio colmado de vocábulos transcendentais
Arrepío que gabea polas costas
Sobredose de violíns e decibelios: Inverno de Vivaldi
Ovos que escachan contra as paredes
Pintura vertida nos ollos
Tempestade no cerebro, ondas no abdome
Coitelo afiado que racha o corazón
Miradas, sorrisos
Fazulas vermellas
Dentes que aparecen, que me sinalan
Beizos que me cravan contra a parede
Pracer impagable da túa presenza
Dor indicible da túa presenza
Contradición
“Si paga a pena, claro que paga a pena”
E me deixas tirado unha vez máis.






Traducción al castellano: 


“Nada vale la pena” pienso yo

Y apareces tú para disipar todo razonamiento casual.
Tú, eje de sendas oscuras e incognoscibles
Emoción
Imposibles giros de mi mente
Misterio cubierto de flores y ternura
Silencio colmado de vocablos trascendentales
Escalofrío que trepa por la espalda
Sobredosis de violines y decibelios: Invierno de Vivaldi
Huevos que escachan contra las paredes
Pintura vertida en los ojos
Tempestad en el cerebro, olas en el abdomen
Cuchillo afilado que raja el corazón
Miradas, sonrisas
Pómulos rojos
Dientes que aparecen y me señalan
Labios que me clavan contra la pared
Placer impagable de tu presencia
Dolor indecible de tu presencia
Contradicción
“Sí vale la pena, claro que vale la pena”
Y me dejas tirado una vez más.





La vida es como un cuento relatado por un idiota. 
Lleno de palabrería y frenesí, 
que no tiene ningún sentido. 
(Shakespeare)


Sebastián Blanco Portals

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